Como desde
los primeros grados de la educación básica se aprende a leer y a escribir, los
docentes piensan que ya no hay necesidad de enseñar estos procesos; dan por
hecho que los alumnos ya saben utilizarlos con propiedad, y si tienen
dificultades y carencias es responsabilidad de los mismos alumnos aprender por
su cuenta cómo resolverlas.
Los
estudiantes toman apuntes y después los estudian; subrayan, anotan y escriben
resúmenes como estrategias de comprensión de los textos que leen; elaboran
trabajos y los conservan con el fin de recordar ciertos temas y escribir
trabajos futuros. No obstante su prioridad es cumplir las demandas de sus
maestros y acreditar las asignaturas. Tampoco ellos piensan que necesitan
hacerse escritores como parte de su formación universitaria.
El
aprendizaje de la lectura y de la escritura, sin embargo, no termina con la
educación básica y en cambio continúa hasta la universidad y después a lo largo
de la vida profesional.
En la
universidad, los estudiantes requieren aprender a leer y a escribir de tal
forma que puedan apropiarse y generar conocimientos.
Ramírez, S. (2013). La lectura y escrituras académicas. Recuperado el 26
de junio de 2015 de http://educa.upn.mx/hecho-en-casa/num-12/178-la-lectura-y-la-escritura-academicas
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